El declive en la calidad de las investigaciones penales es una tendencia preocupante, atribuida en parte a la falta de confianza y conocimiento en quienes gestionan denuncias e investigaciones, así como a la sobrecarga de trabajo en instituciones como el Ministerio Público y las fuerzas policiales. Este fenómeno ha resultado en ejecuciones fragmentadas de investigaciones, con recopilación insuficiente de pruebas y formalización de causas sin bases sólidas, lo que mina la credibilidad del sistema judicial.

Además de los desafíos operativos, las instituciones enfrentan obstáculos burocráticos que entorpecen el proceso de justicia, con casos que a menudo se archivan sin notificación adecuada a las partes involucradas. Esta falta de transparencia genera desconfianza en el sistema y desconexión entre las autoridades y la comunidad. Ante esta realidad, es esencial ofrecer soluciones y apoyo externo, proporcionando asesoramiento especializado en investigaciones criminales, recolección de evidencia y elaboración de informes periciales.

A pesar de los desafíos inherentes, creemos firmemente en la importancia de nuestro trabajo y en el impacto positivo que podemos lograr al brindar un soporte efectivo en el ámbito de la justicia penal. Nuestro compromiso es mejorar la calidad de las investigaciones y garantizar la equidad en el proceso judicial, contribuyendo así a un sistema legal más justo y confiable para todos los ciudadanos.